No cabe duda que desde que conocimos el Galaxy S6, éste se ha convertido en uno de los teléfonos Android más popular, junto con su “hermano” el Edge. Con su nuevo buque insignia Samsung ha dado en el clavo. Después de haber sido severamente criticado por utilizar el plástico cómo el material predominante en sus dispositivos, con el S6 rompe con el pasado y cambia el plástico por materiales de primera calidad, tales como el metal o el vidrio, lo que ayudó a conseguir un mejor diseño y acabado del teléfono. Y si antes los dispositivos de la empresa surcoreana no destacaban precisamente por ser baratos, con el S6 y su apuesta de materiales mejores y más caros no iban a empezar a rebajar el precio. La versión más barata con 32 GB de almacenamiento está alrededor de los 700 €, tanto por parte de Samsung como de las compañías telefónicas que ya lo ofertan.
Está claro que no todo el mundo puede permitirse pagar 700€ por un teléfono, pero a la hora de decantarnos por un teléfono nuevo a todos nos gustan los de gama alta, por eso buscamos “gangas”, grandes rebajas en el precio puesto por el fabricante, que nos convenzan que hicimos una buena compra a un buen precio. Pero, ¡Cuidado! porque a veces lo barato acaba saliendo caro, cómo le pasó a un usuario de Reddit. Vio un anuncio de Craigslist en el que se ofertaba un Samsung Galaxy S6 libre por 500$, argumentando que era incompatible con las redes CDMA por ser el modelo SM-G920i. El usuario se puso en contacto con el vendedor y concertaron una reunión en la que probó que el dispositivo era ciertamente libre, utilizando su tarjeta de AT & T SIM. Todo parecía correcto para el comprador, el hardware aparentaba ser el original e incluso la caja parecía la misma del S6.
Pero cuando llegó a casa, y empezó a dar uso a su nuevo teléfono, observó que el revestimiento del cristal que cubre la parte delantera y trasera del dispositivo no estaban del todo bien, el botón de inicio resultaba blando al tacto, el puerto USB estaba al revés y el micrófono estaba en el lado incorrecto. Cuando empezó a sospechar que lo habían estafado descubrió que el sistema operativo no era Android 5.0.2 Lollipop, sino Android KitKat, y que llevaba el procesador MediaTek MT6582 quad-core con 1GB de RAM y no el Exynos 7420 octa-core con 3GB que tiene el verdadero S6. Además la pantalla tenía una resolución de 1280×720 cuatro veces menor que la que debería haber llevado. Aparentemente parecía una muy buena copia del dispositivo, pero está claro que cuando vas a realizar una compra incluso al fabricante, hay que comprobar que el producto está en perfecto estado y cumple con lo que ofrecen además tener alguna garantía si no cumple con lo estipulado, algo que claramente éste hombre no supo hacer, ya que ni siquiera sospechó nada raro cuando el vendedor se negó a dar un teléfono de contacto. Por lo tanto, cuidado con comprar teléfonos «originales» por un precio mucho más bajo del oficial, porque hay clones que pueden resultar muy convincentes.
Fuente | androidheadlines